Algunos artistas traen consigo una geografía completa. Jesse Malin no solo llega con su guitarra, su voz rasgada y sus versos incendiarios; llega con Nueva York a cuestas, con su historia, su mugre y su gloria, como quien lleva un barrio entero escrito en los pliegues del alma. El próximo viernes 20 de junio, Buenos Aires será testigo de una noche que promete más que música: una misa laica de rock visceral, en La Tangente, ese templo íntimo y vibrante de Palermo, en Honduras 5317.

Nuestra agenda cultural de espectáculos celebra una visita largamente esperada. Jesse Malin pisa por primera vez suelo argentino, pero no lo hace como un turista musical. Lo hace como alguien que ya nos ha cantado. En su más reciente single “Argentina”, el cantautor estadounidense no solo despliega gratitud, sino que encapsula un momento crucial de su vida: la recuperación física y emocional tras un accidente vascular en 2023, acompañado por el afecto incondicional que encontró en este sur del mundo. Pocas veces una canción extranjera suena tan cercana.

En los márgenes de la industria, en las esquinas del mainstream donde todavía se respira autenticidad, Jesse Malin es una leyenda sin necesidad de eslogan. Fundador de Heart Attack y D Generation, símbolos eléctricos del hardcore y glam-punk neoyorquino, Malin entendió, incluso antes de tiempo, que el verdadero rock es una forma de resistencia emocional. Desde el 2000, como solista, ha mutado hacia un sonido más orgánico, embebido en el ADN de los Rolling Stones setenteros, cruzado por las venas del blues, con la cadencia de una barra de bar al borde de la madrugada.

Es uno de los últimos en portar con dignidad la estampa del rock callejero. Discípulo de The Replacements, Johnny Thunders o Stiv Bators, en su andar compartió escenarios con íconos como Debbie Harry de Blondie. El mismísimo Iggy Pop lo llamó “el verdadero heredero del rock de Nueva York”, por encima incluso de los mismísimos Ramones o los New York Dolls. Esa declaración, en un mundo donde el elogio fácil abunda, tiene el peso de una consagración.

Bruce Springsteen no solo lo reconoció como par: lo acompañó en el inolvidable “Broken Radio” y lo subió al escenario del Met Life Stadium. Pero la prueba final, la consagración definitiva, es *Silver Patron Saints: The Songs of Jesse Malin*, un disco homenaje —vivo, crudo y generoso— en el que amigos y admiradores como Billie Joe Armstrong, Elvis Costello, Tom Morello, Gogol Bordello, Rancid, Jakob Dylan y Dinosaur Jr., entre otros, versionan su repertorio. No se trata de una despedida, sino de un tributo en vida: algo que sólo se reserva a los imprescindibles.

En un país como Argentina, donde el rock se lleva como herida y bandera, la visita de Malin no es un show más. Es una cita con la memoria de una música que resiste, se adapta, sobrevive. Que late.

Jesse Malin en vivo

Viernes 20 de junio

La Tangente – Honduras 5317, Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Entradas anticipadas en: https://tickets.latangente.com.ar/musica/jesse-malin

Nuestra agenda cultural de espectáculos tiene nombre propio esa noche. Y será, como debe ser, con el volumen al alma.