En un rincón del vasto y fragmentado mapa de la música independiente, entre acordes que desafían las normas y letras que se filtran como ecos de un diario íntimo, emerge Rompiendo Botellas. No es una banda, ni un colectivo. Es un solo músico, una sola voz, una mente en constante evolución: Marco Gómez, un creador que desde la profundidad de su introspección busca abrir grietas en el panorama musical.

Un Nombre, Un Destino: El Viaje Solitario de un Artista Emergente

Toda historia tiene un origen. La de Rompiendo Botellas comienza en Bahía Blanca, donde Marco, un adolescente rodeado de instrumentos sin músicos que los toquen, decidió hacerse cargo del destino sonoro que lo llamaba. Hoy, desde Salta Capital, su música se desprende de la soledad del estudio de grabación y viaja sin fronteras.

“No hay banda, es un proyecto solista. Nunca toqué en vivo. Desde 2009 que voy al estudio de grabación”, declara con una serenidad que esconde una determinación férrea. Rompiendo Botellas es la prueba de que la música independiente se cocina en la pasión y no en la industria.

Influencias y Estilo: El Caos Como Estética

No hay etiquetas que lo contengan. Blur, Radiohead, Pink Floyd y Los Redondos resuenan en su ADN musical, pero su verdadera esencia está en la experimentación. Rock alternativo es la definición más cercana, pero insuficiente. “Es incluir de todo, evolucionar, no limitarse, no encasillarse”, explica Marco, evidenciando que su búsqueda artística no tiene un destino fijo, sino un camino de exploración.

En su más reciente lanzamiento, el EP “Frambuesa”, esta filosofía se hace tangible. Tres canciones, tres universos, un solo espíritu:

Frambuesa: Un barrilete que quiere escapar, volar, perderse. La metáfora de un artista emergente que desafía el ancla de lo establecido.

Algoritmos: Un homenaje a los videojuegos, a las melodías sintéticas que evocan una nostalgia futurista.

Brillantina: Un quiebre inesperado, una pieza orquestal, clásica, romántica. Un tributo a lo que no se dice pero se siente.

El Mensaje: Música Para lo que no se Puede Decir

Marco no busca lo obvio. Sus canciones son reflexiones en clave sonora, un lenguaje paralelo que susurra lo que no siempre se puede articular con palabras. “Intento abordar temas introspectivos, íntimos, cosas que cuesta decir cara a cara. Creo que, en parte, el arte está para eso”, explica. Y en esta era de inmediatez y algoritmos, su propuesta es un recordatorio de que la música sigue siendo un espacio para la profundidad.

“Mi madre les había comprado unos instrumentos musicales a mis hermanos mayores junto con clases particulares y todo, pero ellos nunca le dieron importancia. Ante la amenaza de mi madre de regalar los instrumentos, simplemente me puse a usarlos. No sabía tocar ninguna canción asique solo improvisaba. Así se dio mi interés, casi obsesión, por hacer canciones. ¿Cómo se hace una canción? ¿Por qué una canción tiene tantos instrumentos? ¿Qué los une? ¿Hay una unión?”.

"Parto de una idea y la desarrollo en un programa de computadora que me permite incluir otros instrumentos. Le hago todos los arreglos posibles que después transporto al estudio de grabación. Las letras, como siempre, es lo más complicado y, si no tengo una idea, escribo lo primero que se me viene a la mente, sin pensar. Un ejercicio que habré leído por ahí y muy útil, la verdad".

Futuro: Entre el Estudio y la Promesa del Escenario

Rompiendo Botellas aún no ha subido a un escenario. Pero su viaje no se detiene. La grabación es su templo, y el horizonte se llena de nuevos lanzamientos. La idea de un álbum completo ronda su mente como un viento que aún no ha tomado forma, pero que inevitablemente llegará.

Para aquellos que buscan descubrir talentos emergentes, escuchar lo que se esconde en los márgenes de la música independiente, Rompiendo Botellas es un hallazgo que merece ser explorado. Y para los que quieren sumergirse en sonidos afines, la radio online de La Música del Garage (lamusicadelgarage.org) es el punto de encuentro ideal, un espacio donde la independencia musical es el único requisito.

Porque en un mundo donde todo parece estar dicho, Rompiendo Botellas nos recuerda que aún quedan canciones por escribir.

"Intento abordar temas más introspectivos, reflexivos, íntimos. Trato temas que uno no se anima a hablar con cualquiera. Creo que, en parte, el arte está para eso: para expresar lo que cuesta expresar en palabras o cara a cara".