AMANN AND THE WAYWARD: Blues, Revelación y Fuego de Ruta
Por Ezequiel Ponce
Publicado en 08/04/2025 09:31
Música

Hay nombres que parecen surgir del polvo de las rutas perdidas, de un mapa que no existe pero que todos llevamos grabado en algún pliegue del alma. AMANN AND THE WAYWARD SONS, ese nombre de resonancias épicas y errantes, regresa a la escena con un anticipo que parece desmentir su propio título: "Too Good to Be True". Y sin embargo, lo es.

 

Esta canción —más que una canción, una declaración con alma de elegía eléctrica— es la primera piedra de lo que será su quinto álbum de estudio. El disco, aún sin nombre revelado, verá la luz a comienzos de 2026. La fecha no es caprichosa: será el décimo aniversario de la banda, y lo celebrarán como se celebran los mitos que no se resignan a envejecer en silencio.

 

"Too Good to Be True" es un mapa emocional que comienza con un riff que podría haber nacido en un delta que nunca existió. Guitarras que sangran honestidad, ritmos que no buscan agradar sino despertar. El Blues Rock sirve de base, pero no se detiene ahí. Hay ecos de Gospel, hay un lamento colectivo que apunta al ocaso del sueño americano, a la fractura de una promesa que alguna vez sedujo a medio planeta. Pablo Amann, capitán de esta nave indómita, no canta: denuncia, recuerda, conjura.

 

 

La portada, obra del estudio gráfico Comunicom es una pieza de arte conceptual que captura con precisión la esencia de la canción. Un mundo en ruinas, con estética de manifiesto, que se lanza a las plataformas digitales este 18 de abril.

 

Pero el regreso no se reduce a un sencillo. AMANN AND THE WAYWARD SONS está encendiendo motores para el "Shake It Like Hell Tour 2025", una gira que aún sigue creciendo y que llevará su evangelio eléctrico por España, Reino Unido y Francia. Desde Ceuta hasta Sheffield, desde Zaragoza hasta Edimburgo, las fechas de su peregrinación rockera parecen salidas de un diario de viaje de Kerouac, si este hubiera sido productor musical.

 

Aquí, la agenda que arderá en escenarios de media Europa:

 

26 de abril - Ceuta, Sala Factory

03 de mayo - Zaragoza, Rock&Blues

16 de mayo - Santander, Rock Beer The New

30 de mayo - Areatza, Musik and Beer Fest

15 de julio - Nottingham (UK), Billy Bootleggers

16 de julio - Edimburgo (UK), Bannermans

17 de julio - Glasgow (UK), Ivory Blacks

18 de julio - Londres (UK), The Dublin Castle

19 de julio - Sheffield (UK), Sidney & Matilda

27 de septiembre - Casseuil (FR), Rock´N´Road

28 de septiembre - Nantes (FR), AK-Shelter

18 de octubre - Bilbao, Kafe Antzokia

25 de octubre - Madrid, Sala Sol

15 de noviembre - Benavente, Sala Buda

28 de noviembre - Béjar, La Alquitara

 

Además, se suman presentaciones no menores en Aracena (Huelva) dentro del festival “Nos Falta El Bajo”, confirmando que su regreso no es un acto nostálgico sino una reafirmación.

 

Pero para entender a AMANN AND THE WAYWARD SONS hay que remontarse a su génesis, cuando en 2016 el bilbaíno Pablo Amann decidió dar forma sonora a un puñado de composiciones escritas en la frontera entre la lucidez y la nostalgia. Lo que comenzó como un proyecto personal, hoy es una maquinaria de seis piezas perfectamente engrasadas: Pablo Amann (voz y guitarras), Amando Gottardi (bajo y voces), Emi Bares (guitarras y voces), Gustavo Gottardi (batería), Javier Flores (guitarras y voces) y Henrik Larson (teclados).

 

En escena, la banda se convierte en una liturgia. Una ceremonia donde confluyen la música americana de raíces y un bagaje profesional que se nota en cada compás. Su propuesta se alimenta del folk como se alimentan los cuentos de un viejo trovador, del blues como se alimentan los secretos no dichos, e incluso del jazz como una forma de invocar el azar y el alma.

 

AMANN AND THE WAYWARD SONS no es solo una banda. Es un acto de resistencia melódica. En una era de algoritmos y playlists infinitas, ellos eligen el camino largo, el del directo, el de las guitarras con alma, el de las canciones que no se oyen: se sienten.

 

Y sí, tal vez esto sea demasiado bueno para ser verdad. Pero qué importa. El rock nunca prometió verdades. Solo promesas. Y esta, amigos, es una promesa que arde.

Comentarios
¡Comentario enviado exitosamente!

Chat Online