En el vasto universo de la música, hay figuras que prefieren las sombras para iluminar con su arte. Dominic Miller, nacido en Hurlingham, Buenos Aires, es uno de esos magos que ha tejido su historia a través de las cuerdas, acompañando a Sting desde los años 90 con una guitarra que habla más que mil palabras.
Hijo de un guitarrista apasionado por el tango, Miller lleva en su ADN tanto el mate y el truco como una educación musical que lo llevó desde Berklee en Boston hasta Londres. Y aunque la etiqueta de "guitarrista de Sting" podría parecer suficiente, es apenas la punta de un iceberg creativo.
Un estilo que atrapa como un hechizo
¿Por qué deberías escucharlo? Porque escuchar a Dominic Miller es como entrar en un laberinto donde cada nota es un sendero, y cada sendero conduce a paisajes llenos de melancolía y sutileza. Canciones como "Shape of My Heart", coescrita con Sting, son pequeñas obras maestras que podrían figurar en la biblioteca de Babel: eternas, perfectas e irrepetibles.
Además de ser la columna vertebral de la banda de Sting, su carrera en solitario muestra otra faceta de su genio. Álbumnes como Silent Light o Absinthe no son solo música, son diarios de viaje convertidos en melodías, donde cada acorde parece provenir de un rincón del mundo.
¿Dónde encontrarlo?
En 2025, Miller regresará a sus raíces junto a Sting en la gira Sting 3.0, con fechas confirmadas en el Movistar Arena de Buenos Aires. Más allá de su técnica impecable, lo que lo hace único es esa capacidad de traducir lo invisible: el alma de una canción, el instante en que el sonido se vuelve emoción pura.
Así que, la próxima vez que te preguntes por qué una canción te hizo sentir algo tan profundo, recuerda su nombre: Dominic Miller, el argentino que le dio voz a las cuerdas del alma.