En un rincón de la historia, donde los ritmos ancestrales se entrelazan con el estruendo del presente, surge una melancólica y vibrante melodía: "AMOR". No es solo una canción estreno, sino un acto de rebeldía contra el olvido, una plegaria rítmica en el panteón de la música popular.

El 28 de febrero, fecha en que el calendario marca el Día Internacional de las Enfermedades Raras, la banda Contrabandeando lanza su nuevo single, un testimonio de amor inquebrantable y resistencia. Es un décimo de susurros y gritos, una melodía que atraviesa lo que se entiende por normalidad y se instala en la piel de quienes han aprendido a habitar lo extraordinario.

Que cuatro de los diez integrantes de Contrabandeando convivan con la realidad de una enfermedad rara en su familia dice mucho sobre la verdadera rareza: no es el padecimiento, sino la falta de atención y comprensión hacia él. "AMOR" nace de esta vivencia, un reflejo de la paternidad y maternidad que desafía la norma, que se cimienta en la ternura y la fortaleza.

El single es un adelanto del próximo álbum de la banda, "El Maleficio de Micaela", un mosaico sonoro donde lo ancestral y lo contemporáneo se fusionan en una suerte de hechizo rítmico. En esta historia, las orishas y los males de la humanidad se disputan el destino de un personaje enigmático, tejido en acordes que recuerdan las rutas del contrabando, de la música que viaja, se transforma y resiste.

Contrabandeando no solo entrega su canción estreno al mundo; también invita a su público a ser parte del ritual. Han abierto un crowdfunding en la plataforma Goteo, una especie de compadrazgo moderno donde la comunidad puede apoyar el proyecto y obtener recompensas tan singulares como un libro, ilustraciones originales, entradas para el concierto de presentación en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá el 27 de abril, e incluso un cuadro en vivo de la artista Zaida Escobar.

Así, "AMOR" no es solo una canción, sino un conjuro contra el silencio. En cada golpe de tambor y cada nota de su melancólica armónica resuena el eco de lo que no debe ser olvidado. Porque el amor, a fin de cuentas, es la única certeza en un mundo de incertidumbre.