Como un secreto que se murmura entre los pasillos de la noche, las canciones de Delfina Campos han encontrado un nuevo altar en la serie argentina del momento: "Envidiosa". La producción de Netflix, protagonizada por Griselda Siciliani, Esteban Lamothe y Martín Garabal, ha disparado una fiebre de búsquedas en plataformas digitales, donde dos de sus canciones, "Casi Extraños" y "Romance Con La Luna", han cobrado un renovado significado en el imaginario del público.

La primera, "Casi Extraños", envuelve una escena de tensa introspección en la que el personaje de Esteban Lamothe observa su teléfono con esa mirada que solo se posa sobre lo irremediable. La voz de Campos entra en escena como un eco de lo que fue: "No es que piense mucho en vos, o en lo malo de lo que nos pasó". Un lamento contenido, una herida aún tibia.

Por otro lado, "Romance Con La Luna" ilumina una noche de dudas en la que el personaje de Griselda Siciliani se sumerge en la bruma de sus propias decisiones. Allí, la canción funciona como un susurro entre las sombras, como si la ciudad le respondiera con su propio idioma.

El sonido de Delfina Campos, íntimo pero expansivo, ha resonado con una audiencia que ahora explora su discografía con el fervor de quien descifra un mensaje oculto. Su más reciente trabajo, "PELÍCULAS PERDIDAS", editado el año pasado, fue concebido bajo una premisa sensorial: debía sentirse vivo, debía respirarse en cada show. La artista, en sus propias palabras, buscó un sonido orgánico, con más dinámica y potencia que en su disco anterior. Y lo consiguió.

El álbum no solo cuenta con la participación de la icónica Hilda Lizarazu en uno de los tracks, sino que también suma la colaboración del legendario letrista Cuino Scornik, tejedor de himnos en el rock nacional. Las referencias al género aparecen como destellos, como migas de pan dejadas en el camino de una tradición musical que Campos reivindica con sutileza y audacia.

El 2025 la encuentra en pleno ascenso: los shows de presentación de "PELÍCULAS PERDIDAS" en Buenos Aires, Barcelona y Madrid han colgado el cartel de agotado. Un indicio de que su voz, sus historias y su universo musical han calado hondo en el público. Y si algo ha demostrado "Envidiosa" es que la música no solo acompaña, sino que también enmarca, resignifica y, en algunos casos, se convierte en el verdadero relato que nos queda cuando las luces se apagan.

Para quienes aún no han descubierto el universo sonoro de Delfina Campos, la invitación está hecha. Y para aquellos que ya lo habitan, el viaje recién comienza.