Por un instante—uno breve, fugaz como la sílaba entre dos pensamientos—el Apocalipsis deja de ser amenaza para convertirse en canción. No cualquier canción, claro, sino el nuevo single de la banda madrileña Cabo Ventura abren las puertas del fin con una sonrisa en la cara y los amplificadores en llamas.
Cabo Ventura Apocalipsis: anoten ese binomio porque será tendencia en más de una conversación de bar, foro de Reddit o esquina donde aún se hable con pasión sobre música. Este tercer lanzamiento no viene a lamer heridas ni a llorar sobre las ruinas: viene a prenderles fuego con estilo.
Una visión bailable del fin
¿Y si el fin de los tiempos tuviera banda sonora? ¿Y si el caos no viniera con coros angelicales, sino con riffs sucios de post-punk que resuena como el eco de un profeta urbano? Así suena “Apocalipsis”, el nuevo artefacto sonoro de Cabo Ventura, una banda que no teme mezclar influencias tan diversas como Iggy Pop, AC/DC, Undertones y una Velvet Underground echada a perder en el mejor sentido.
La intención detrás de “Apocalipsis” no es redentora ni didáctica: es visceral. Como una procesión pagana en la Puerta del Sol, como bailar entre las ruinas con los brazos en alto mientras cae la lluvia de meteoritos. Jorge convierte su guitarra en un castigo divino, Marcos sacude la tierra como si pudiera cambiar su eje, Fernando explota en cada golpe de batería como si se acabara el mundo y Alejo… Alejo predica. Predica en plena tormenta, disfrazado de parca, mientras Madrid arde entre fútbol y fe.
De textos gnósticos al pogo espiritual
“Apocalipsis” está inspirada en los grandes relatos del fin: desde los apocalipsis judíos hasta las visiones cristianas del fuego eterno, pasando por la mística gnóstica. Pero no hay nada solemne aquí. Cabo Ventura hace algo más provocador: convertir esa tradición en pogo. Martín Spangle, quien dirige esta tormenta sonora, les empuja por caminos nuevos: hay coros casi eclesiásticos que desembocan en gritos punk, y por primera vez se asoma un teclado que no suaviza, sino amplifica la furia.
El resultado es un himno que no predica la salvación, sino la intensidad. Si mientras lo escuchas te dan ganas de gritar en el metro, de romper algo bonito, de bailar sobre lo que antes fue sagrado, entonces Cabo Ventura ha cumplido su propósito.
Presente feroz, futuro en llamas
Y no solo hay canción: hay planes. La primera gran cita para ver a Cabo Ventura incendiando escenarios será el 4 y 5 de julio en el festival Salorgullo, en Salobreña (Granada). Compartirán cartel con artistas como La Casa Azul, Villano Antillano y Vangoura. No se espera paz, se espera energía: pura, contagiosa y sin filtro.
Para quienes buscan en Google “Cabo Ventura Apocalipsis” con la esperanza de entender a sus artistas, aquí está la verdad: no buscan el fin, sino el principio de algo que no se puede explicar con palabras. Se grita. Se canta. Se baila.