Conoce a Custodia, una banda de música independiente que representa a los artistas emergentes de Latinoamérica. Su nuevo sencillo Blessed es un canto de resistencia y fe grabado entre Quito, Lima y el espíritu universal del hardcore.
En algún rincón vibrante de Quito, donde las montañas se recortan contra el cielo como una pregunta sin respuesta, nació Custodia. Era 2007 y los ecos del hardcore no eran moda ni nostalgia: eran gritos en una calle donde la espiritualidad y la rabia compartían el mismo altavoz. Dieciocho años después, estos artistas emergentes no solo siguen vivos: rugen más fuerte. Su nuevo sencillo, Blessed, es una señal en medio del ruido, un manifiesto que no pide permiso y que se planta frente al caos con un mensaje tan viejo como la historia misma: persistir.
No hay nada casual en Custodia. La banda, con miembros de Ecuador, Colombia y Perú, es un proyecto continental. Más que una banda, son una hermandad con pasaporte latino y corazón indomable. Son parte de esa constelación que define hoy la música independiente en América Latina: intensa, visceral, sin ataduras de género o mercado.
Blessed no es solo una canción: es un susurro que se vuelve grito. En un mundo que se cae a pedazos por dentro y por fuera, Custodia pone riffs donde otros callan, versos donde otros dudan. La canción está escrita en inglés y español, como un puente entre la realidad cruda de las calles y esa dimensión espiritual donde, si uno mira bien, puede encontrar todavía algo parecido a la esperanza.
El hardcore como testimonio de fe
Nuestra inspiración es Dios y las historias que nos rodean, dice Juan García, alias xChesterx, vocalista de la banda. En Custodia, la fe no es un dogma: es una praxis. Una forma de caminar. Es la respuesta espiritual ante un mundo que constantemente te empuja a rendirte.
El videoclip de Blessed, grabado en una vieja casona de Lima, arranca con lenguaje de señas: Jesús es el camino, la verdad y la vida. Y sin embargo, esto no es un sermón. Es un llamado. Una especie de liturgia callejera donde el hardcore se transforma en un evangelio moderno para quienes han sido excluidos de todas las iglesias, templos y playlists.
Con influencias de bandas como Trapped Under Ice, Terror y los argentinos de Nueva Ética, Custodia no le teme a mezclar lo sagrado con lo brutal. En sus frases hay poesía de cloaca y revelación mística. Sus guitarras rasgan como cuchillas, pero dentro de cada acorde hay un pulso humano, vulnerable y fuerte.
Talento emergente con kilómetros recorridos
Aunque el término emergente suele asociarse con lo nuevo, Custodia redefine el concepto. Porque no se trata solo de edad o de discografía: se trata de seguir subiendo desde abajo, sin maqueta ni padrino. Por eso, para quienes quieren descubrir talentos emergentes o encontrar nuevos y prometedores artistas en ascenso, Custodia es un nombre que no puede pasarse por alto.
Con tres álbumes en su haber, Custodia (2010), Mi espíritu renacerá (2019) y el próximo Blessed (2025), la banda ha girado por América Central y del Sur, y ha cruzado hasta Indonesia y Singapur. Aun así, su espíritu sigue siendo el de una banda de garaje, de esas que se arman entre amigos para decir lo que nadie quiere escuchar.
Y es precisamente ese espíritu el que podés encontrar en lamusicadelgarage.org, donde suena la radio online que les da espacio a ellos y a otros artistas independientes. Un refugio para oídos que ya no soportan la música fabricada para algoritmos.
Cuando el arte es resistencia
En tiempos donde el algoritmo nos decide la vida, Custodia es un error glorioso del sistema. Sus letras no están hechas para vender, sino para decir. Su música no busca likes: busca almas. En una escena saturada de discursos vacíos, esta banda sudamericana es testimonio de algo más profundo: el arte como resistencia, como bálsamo, como prueba de que no todo está perdido.
Porque al final del día, cuando caen los reflectores y solo queda la noche, lo que permanece no es la fama ni la estética del feed. Es eso que late detrás de la distorsión: una fe tozuda en que podemos ser mejores. Y eso, queridos lectores, es lo que verdaderamente significa estar Blessed.