Hay nombres que pesan como destinos. MEIEN es, a la vez, la negación de lo anterior y la afirmación de una nueva voz. No es un simple cambio de seudónimo: es un tránsito, un viaje entre dos orillas. Antes fue Melanie Williams; ahora, con este álbum homónimo, se presenta como MEIEN, palabra que no se lee en silencio sino que se pronuncia en voz alta, como un manifiesto íntimo y colectivo.
El disco funciona como un rito de pasaje. Ocho canciones que suenan a bautismo y a revelación: de la experimentación psicodélica que remite a The Doors, al beat introspectivo de Radiohead; de un riff que evoca a Led Zeppelin, a un guiño melódico a Charly García; de la textura de sintetizadores al estilo Tame Impala, al rock crudo grabado con instrumentos analógicos. Nada es casual: cada influencia es un espejo donde el artista se reconoce y a la vez se transforma.
Decilo: el grito compartido
El encuentro con Marilina Bertoldi cristaliza en Decilo, uno de los puntos de inflexión del álbum. El relato de su creación es casi doméstico y a la vez mítico: entre cafés y charlas, la palabra “decilo” se convierte en una consigna, en una orden, en la fuerza que empuja a MEIEN a nombrar lo innombrable. La canción, con su impronta rockera, es un testimonio de ese redescubrimiento sostenido por la complicidad de una comunidad que escucha y acompaña.
Un viaje audiovisual
La obra no se limita al plano sonoro. El proyecto se expande en ocho videoclips que trazan el trayecto simbólico entre Melanie y MEIEN, narrado como un viaje en camioneta por un paisaje interior y exterior a la vez. La piel roja que aparece en escena no es un detalle estético: es la marca de un ritual, la señal de un renacimiento que transforma el cuerpo en acción, poder y expresión.
Colaboraciones y comunidad
El álbum no es un monólogo. Es un coro de voces y presencias que acompañan al artista en su tránsito: El mundo Limón, Marilina Bertoldi, El príncipe Idiota, Mario Breuer, Tomy Sainz y la producción de Dylan Lerner. Cada participación es un gesto de complicidad que enriquece la obra y, al mismo tiempo, da cuenta de la red afectiva y artística que sostiene a MEIEN en este nuevo capítulo.
El camino antes de MEIEN
Para entender la magnitud de este renacimiento conviene mirar atrás. Melanie Williams & El Cabloide fue el primer proyecto que lo llevó a escenarios como Quilmes Rock, Lollapalooza Argentina, Primavera Sound y Cosquín Rock. Con tres discos publicados, exploró un sonido retro-futurista, fusionando groove, rock, funk y destellos de jazz. Esa versatilidad experimental es la que ahora se concentra y se redefine en MEIEN.
El álbum homónimo no es solo una colección de canciones. Es la afirmación de un nombre y de una identidad. Es el gesto de desprenderse de capas viejas para habitar una piel nueva, sensible y brutal al mismo tiempo. Ocho canciones como estaciones de un viaje que no promete certezas, pero sí autenticidad.
MEIEN, en su decir y en su sonar, es un acto de resistencia contra el silencio y un recordatorio de que nombrarse es existir.