Kaos Urbano y “Quiero cantar”, es una necesidad vital, una pulsión que nace en la garganta y se expande como una consigna colectiva. Después de tres décadas de historia, la banda madrileña vuelve a irrumpir con una canción que no pide permiso y no negocia sentidos. Kaos Urbano “Quiero cantar” se planta como un alegato frontal contra el racismo, la intolerancia y los discursos de exclusión que vuelven a ocupar el centro de la escena global.

 Hay algo profundamente conmovedor en ver a una banda con 30 años de trayectoria seguir hablando en presente. Sin nostalgia cómoda, sin repetir fórmulas. “Quiero cantar” surge en un momento donde el miedo vuelve a organizar el mundo y la cultura es, otra vez, territorio de disputa. Frente a esa avanzada reaccionaria, Kaos Urbano responde con lo que mejor sabe hacer: música nacida en la calle, pensada para la calle, dicha sin eufemismos.

 La canción encuentra una potencia singular en el cruce de voces. Sara Hebe aporta su filo incendiario, su decir urgente y político que dialoga desde hace años con las tensiones sociales de la Argentina contemporánea. Ilan Amores suma una sensibilidad actual, permeable, que conecta con nuevas generaciones sin diluir el mensaje. Miguel de Rude Pride completa un entramado coral donde la diversidad no es consigna vacía sino práctica concreta. La interculturalidad no se declama: se escucha.

 Musicalmente, Kaos Urbano “Quiero cantar” conserva la crudeza del punk que siempre los definió, pero se abre a una textura más amplia, más porosa, donde las fronteras estéticas se desarman como se desarman las identidades rígidas. La canción avanza con ritmo urgente, con una letra que interpela sin moralina y sin bajar línea, pero que deja claro de qué lado se para. Cantar, acá, es resistir. Es existir frente a quienes prefieren el silencio obediente.

El lanzamiento adquiere aún más peso simbólico en el marco del 30 aniversario de la banda. No es un festejo autocomplaciente, sino una reafirmación política: Kaos Urbano sigue entendiendo la música como herramienta de conciencia, no como mercancía decorativa. En tiempos donde el mercado suele domesticar los discursos, “Quiero cantar” incomoda, señala y convoca.

 El videoclip oficial refuerza ese mensaje de unidad y resistencia, acompañando una canción que ya circula por plataformas digitales y que encuentra eco tanto en quienes crecieron con el punk como en quienes hoy buscan una voz que nombre lo que duele y lo que arde. La grabación, realizada entre los estudios Oasis de Madrid y CBMC Records de Buenos Aires, a cargo de Ñalo y Matías Cugat, también habla de ese puente transatlántico que la canción propone: la lucha no reconoce fronteras.

 Kaos Urbano “Quiero cantar” confirma que hay artistas que no envejecen, sino que se vuelven más necesarios. En un mundo que insiste en levantar muros, esta canción abre grietas por donde entra la voz, el cuerpo y la calle.