En lo alto de A Fonsagrada, donde Galicia se deshilacha en neblinas y caminos de piedra, tuvo lugar un encuentro entre dos artistas que, sin buscarlo, estaban destinados a cruzarse. Catuxa Salom y Bewis de la Rosa llegaron a una residencia artística con raíces profundas y terminaron componiendo una canción que no pertenece a un solo género, ni a un solo tiempo.
Te quedaste fuera es el nombre de ese tema. Una pieza que cruza la electrónica con el rap, y ambos con el folclore. Pero no es solo una fusión sonora. Es también una pregunta hecha música. ¿Qué decisiones tomamos cada día para estar dentro o fuera de algo? ¿Cómo influye lo que elegimos, lo que dejamos pasar, lo que callamos?
La inspiración vino de la zaranda, una herramienta campesina usada para separar el grano de la paja. A partir de esa metáfora, la canción se convierte en una reflexión sobre lo cotidiano: lo útil, lo descartado, lo que elegimos sin saberlo. La producción estuvo a cargo de Grams, y el lanzamiento oficial se hizo el 6 de junio.
El videoclip fue dirigido por Lucas Cortondo y filmado en un polígono industrial del extrarradio madrileño. Un lugar donde lo rural y lo urbano se entrelazan sin pedir permiso, como si la tierra y el concreto fueran parte de un mismo lenguaje. La imagen amplifica el sonido, y el sonido lleva en sí una idea: nada está completamente adentro ni completamente afuera.
Catuxa Salom y Bewis de la Rosa forman parte de una nueva oleada de artistas emergentes que están expandiendo los bordes de la música independiente en España. Con discursos anclados en lo social, en lo rural, en lo íntimo, y sin miedo a experimentar con las formas y las raíces.
Escuchar música de este tipo es también una decisión. Por eso en lamusicadelgarage.org, en su radio online, se puede descubrir a artistas como ellos. Allí suenan los nuevos, los valientes, los que mezclan sin pedir permiso. Allí están quienes hacen del folclore algo futurista, del rap algo ancestral, y del arte una herramienta de conciencia.
Te quedaste fuera no es solo una canción. Es una invitación a mirar desde otro lugar. A zarandear el presente. A preguntarse, sin prisa pero sin pausa, en qué estamos entrando... y qué estamos dejando fuera.
