Anna von Hausswolff e Iggy Pop se unen en un dueto oscuro rumbo a ICONOCLASTS
Por Ezequiel Ponce
Publicado en 22/08/2025 14:06
Música

En la vastedad del presente musical, donde lo inmediato amenaza con borrar la memoria de lo esencial, aparece Anna von Hausswolff con la precisión de un conjuro. La organista y compositora sueca, heredera de una tradición gótica que viaja de los coros eclesiásticos a la penumbra del art pop, anuncia su nuevo disco ICONOCLASTS para el 31 de octubre, y el tiempo parece suspenderse. No es casual que la fecha coincida con la noche de los espectros: su música siempre ha dialogado con lo invisible.

 

Como un presagio, von Hausswolff ha liberado dos adelantos. El primero, Stardust, es una llamada a romper la quietud, a no aceptar los moldes cómodos de una vida domesticada. En palabras de la propia artista: “Rompamos con la comodidad y las ideas establecidas sobre cómo vivir la vida. No nos quedemos de brazos cruzados cuando el mundo se está desmoronando”. No es una frase: es un manifiesto.

 

El segundo adelanto, The Whole Woman, se eleva con la voz grave y milenaria de Iggy Pop. Allí la artista escribe un himno ambiguo: un canto al amor que es también una inmersión en las profundidades. Ella misma lo explica como la necesidad de sumergirse hasta el límite para emerger con verdad. Suena como un rito: Pop encarna al oyente que sabe escuchar, mientras Anna traza la melodía como si abriera un túnel entre la devoción y el abismo.

 

 

 

ICONOCLASTS promete ser una obra expansiva, producida junto a Filip Leyman, con colaboraciones de Ethel Cain, Abul Mogard, Maria von Hausswolff y el propio Pop. La artista vuelve a transformar su lenguaje, pasando de los paisajes desolados de All Thoughts Fly (2020) a un territorio donde el maximalismo se mezcla con un pulso más pop, sin perder la solemnidad de su órgano de tubos ni la intensidad ritual de sus composiciones.

 

La genealogía de Anna von Hausswolff se lee en paralelo a nombres como Nick Cave, Siouxsie Sioux, Julia Holter o Kate Bush, pero su voz permanece inconfundible: un eco que parece al mismo tiempo colosal y frágil, capaz de llenar una catedral y luego plegarse en la intimidad de un susurro.

 

The Whole Woman ya está disponible en YouTube y Stardust circula como una estrella fugaz que anuncia lo que vendrá. El 31 de octubre, ICONOCLASTS abrirá un nuevo capítulo en la obra de esta artista sueca, una de las pocas capaces de transformar cada canción en un rito sonoro, donde la modernidad y lo ancestral se dan la mano.

 

Escuchar a Anna von Hausswolff no es solo seguir una novedad discográfica: es participar de un mito en construcción.

 

 

 

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