Candelalma La Candelaria: cuando la memoria ancestral vuelve a encender el territorio
La Primera Activación de la Ruta Muysca transformó la localidad en un espacio vivo de arte, espiritualidad y comunidad, reactivando saberes ancestrales en pleno corazón de Bogotá.
Candelalma La Candelaria: cuando la memoria ancestral vuelve a encender el territorio
A veces una ciudad parece repetirse a sí misma, como un laberinto que se conoce de memoria. Pero, de pronto, un gesto, una palabra antigua o una música que no responde a ningún tiempo conocido reabre los pasajes. Eso fue lo que ocurrió en La Candelaria entre el 28 y el 31 de octubre, cuando Candelalma La Candelaria, en la Primera Activación de la Ruta Muysca, convirtió la localidad en un territorio vibrante donde arte, espiritualidad y comunidad caminaron juntos.
Creado por Sergio Arias y Marcela Ortiz, y apoyado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, en cabeza de la ministra Yannai Kadamani Fonrodona, así como por la Alcaldía Local de La Candelaria, dirigida por Angélica María Angarita Serrano, Candelalma propuso una experiencia que unió saberes ancestrales, conversaciones con la ciencia y prácticas artísticas vivas. Cultura Nativa SAS, bajo la dirección de Arias, llevó adelante esta primera activación dentro del programa Artes para la Paz, dando inicio a una ruta cultural que enlaza memoria y territorio con rigor y sensibilidad.
El punto de partida fue el mural que habla y danza, Alina, memoria del agua, acompañado por danza aérea y música en vivo. Desde ahí, la localidad se abrió como un libro sagrado: el lanzamiento de la cartilla pedagógica Memoria Candelalma, conversatorios sobre geometría sagrada, recitales poéticos en muysccubun, la lengua del pueblo muysca, y diálogos que devolvieron a la comunidad un relato que lleva siglos latiendo bajo las calles empedradas.
Más de 250 personas participaron en los talleres distribuidos en espacios como el Colegio La Candelaria, el Café Nuestra Herencia, Inner Spirit y el Apotecario del Cóndor. Cerámica, tejidos, chicha, flautas, mitología muysca, hula terapia y vibración sonora fueron parte de una programación donde la pedagogía se volvió camino y la comunidad, maestra.
El 31 de octubre, la Plaza de la Gota, la Iglesia de las Aguas y la Carrera Séptima se transfiguraron con rituales de limpieza del territorio, siembras de árboles, comparsas y presentaciones musicales de Malalma, Batucada Candelalma, Hombre de Barro, Mística Ancestral y Coop Danza Glifos en Movimiento. Poetas de distintas tradiciones se sumaron para honrar las lenguas de la tierra y del viento. El corazón del encuentro fue el poema muysqa Muysccubun, despierta el corazón del mundo, creación colectiva de Sarita Ruiz, interpretada junto a Yolanda Obando y dirigida por Sergio Arias.
Esta Primera Activación también abrió un puente entre arte y ciencia a través de la Cátedra Muysqa, dirigida por el catedrático internacional Roberto Santos Curvelo. La propuesta integró colectivos urbanos y comunidades muyscas de Bosa, Suba y Cota, recuperando diálogos alrededor del agua, los cerros tutelares y lagunas sagradas como Ubaque y Tensaqa. La ceremonia de apertura estuvo guiada por Antonio Daza Hata Kulchavita, alcalde de la comunidad, e incluyó un homenaje a la familia del líder muysca José Pereira.
El proceso reunió a más de 600 participantes directos e indirectos y dejó como legado la cartilla pedagógica Candelalma, un material que reúne letras, memorias y reflexiones sobre la cosmovisión ancestral, creado para continuar la conversación más allá del evento.
En palabras de Sergio Arias, “Candelalma no fue solo un evento, fue un acto de unión y renacimiento. La memoria ancestral se reactivó en el territorio a través del arte, la palabra y la comunidad.” Y La Candelaria respondió, como un territorio que reconoce su propio pulso.
La Primera Activación de la Ruta Muysca dejó encendida una expectativa profunda: la segunda activación, prevista para inicios de 2026. Un nuevo capítulo para seguir tejiendo esta red cultural viva que revitaliza la cultura de La Candelaria y honra la memoria que la sostiene.